Que mi nombre no se borre de la historia

Ejemplar de lagartija de Valverde (Algyroides marchi)

Ejemplar de lagartija de Valverde (Algyroides marchi)

Parafraseando la conocida frase de la joven militante de la Juventud Socialista Unificada Julia Conesa quiero empezar una serie de monografías sobre científicos, investigadores y naturalistas españoles cuyas aportaciones a menudo han carecido del reconocimiento que merecen. No han sido galardonados ni recibidos en loor de multitudes pero sus conocimientos han ayudado a profundizar a menudo en áreas del conocimiento poco exploradas o incluso ignotas.

La figura que hoy pretendo resarcir del más profundo ostracismo a la que se vió sometida es la de Antonio Cano Gea. Este fotógrafo, naturalista y periodista nacido en el municipio almeriense de Serón en 1917 comienza allá por 1948 a tomar sus primeras instantáneas de la naturaleza, pasando a formar parte de la prestigiosa Sociedad Española de Ornitología a la edad de 40 años. Cano Gea debió de mostrar buenas aptitudes, porque José Antonio Valverde, presidente de la SEO en España por aquella época, le invita a participar en sus expediciones por el Parque Nacional de Doñana (que en el año 1957 aún no gozaba de protección) así como en sus incursiones por la Sierra de Cazorla. En estas expediciones junto con el ecólogo vallisoletano descubrió una nueva especie para la ciencia, a la que denominó Algyroides marchi (lagartija de Valverde), y realizó numerosas fotografías, entre las que destacan las de quebrantahuesos, las cuales fueron galardonadas con la medalla de oro por el Consejo Internacional de la Caza.

En 1961 decide dar un giro a su labor naturalista y desarrolla una nueva faceta: la creación de cine documental y zoológico. Al instante, comienza a colaborar con numerosos medios consiguiendo al poco tiempo el puesto de corresponsal en TVE. Siendo corresponsal, convence a la cadena estatal y a Félix Rodríguez de la Fuente para que se embarquen en la elaboración del célebre programa “El hombre y la tierra”.

Ejemplar de gacela dama (Nanger dama, antiguamente denominada como Gazella dama)

Ejemplar de gacela dama (Nanger dama, antiguamente denominada como Gazella dama)

Además de dedicarse a la fotografía y la cinematografía con excelentes resultados, Antonio era una persona muy concienciada con los problemas medioambientales existentes en su comarca. Así, sus paisanos lo consideran un pionero al alertar los problemas que sufría la albufera de Adra, donde la presión ejercida por los agricultores de la zona, ganándole tierra al mar y colocando setos y cañizos cortavientos limitaba los movimientos de limícolas o incluso tortugas. No lo consiguió entonces, pero nadie duda que si hoy la albufera de Adra es Reserva Natural se debe a su labor. Paralelamente a esta reivindicación conservacionista, Cano Gea realizaba estudios en las salinas de Punta Entinas, desarrollando una metodología de estudio que el propio Valverde reconoció posteriormente haber tomado del almeriense.

Su labor va a encontrar recompensa en 1971, cuando en colaboración con Valverde, crea la Reserva Natural de La Hoya, en una finca propiedad del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Especialmente sensibilizado y concienciado de la falta de estudio existente entre las especies de gacelas norteafricanas, como son Gazella dorcas neglecta y Gazella dama, decidió desarrollar un programa de cría en cautividad de especies no autóctonas junto a Tono, una empresa pionera en el mundo. Así, gracias a la colaboración del ejército español se capturaron los ejemplares necesarios en el Sáhara para ya en 1975 hacer realidad el Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia y la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería. Esta empresa permitió tanto a Cano Gea como a “Tono” Valverde descubrir la biología y etología de estas gacelas, de las que hasta la fecha había tan poca literatura y en el que este proyecto ayudaba a  cubrir una “laguna”. Actualmente, el Parque de Rescate de la Fauna Saharina lleva a cabo una importante tarea de cría y reintroducción de especies de gacelas norteafricanas, incluyéndose otras especies como Gazella cuvieri o Ammotragus lervia sahariensis.

Fallecido en 1987 en Almería, su legado es tangible y podemos apreciarlo aún en nuestros días. De hecho, su labor ha sido reconocida por organizaciones como la National Geographic Society o WWF/Adena. Y es que personas con el carisma de Antonio Cano Gea son ejemplo del nivel al que la ciencia española llega y de lo poco que se reconoce a menudo la labor en la sombra de personajes como el que aquí he intentado retratar.

Bibliografía:

– Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Ciencias, ISSN 1133-1488, Nº. Extra 6, 1988, pags. 411-412.

– Valverde, J.A. Aves del Sáhara español: un estudio ecológico del desierto. 1957.

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